Suena casi obvio decir que los gatos no son juguetes, pero es muy importante tenerlo presente; nuestra recomendación es más para que los adultos o padres eduquen a sus hijos en el trato de un gato en cualquier época de su vida, se les debe tratar con cuidado, con respeto, ¡con cariño!
Cuando hablamos que “no son juguetes”, nos referimos a evitar siempre que sean tirados por el aire, escondidos a voluntad de un humano en un closet o armario, jalarles la cola, evitar situaciones que le generen estrés al gato…, podrá parecer insólito, pero hay humanos que pueden actuar de esa forma.
¡Pero a los gatos SI les gusta jugar con juguetes! Eso es muy diferente; ¿cómo jugar con un gato? Vamos a dar algunos ejemplos: cuando se juega con un gato, sea con una bolita, una varita, una culebrita o similares, ¡siempre debemos dejar que el gato la pueda coger! La razón de esto, es que el juguete que se utilice para el juego, el gato lo ve como su presa, por esta razón el debe poder “ganar” atrapando su presa (juguete), de esta forma evitamos frustración, estrés o cualquier sentimiento negativo en nuestro gato.
Los gatos aman las cajas, las bolsas…, nosotros somos partidarios de las cajas, pero NO de las bolsas, por la vulnerabilidad de un accidente; también nos fascinan las peloticas hechas con papel aluminio o de papel, ellos adoran el ruido que hacen cuando se deslizan por cualquier superficie, ser muy cuidadosos que la pelotica que le fabriquen, sea de un tamaño respectivo para que no pueda ser injerida por el gato.
¡Por último… los “laser point” o apuntadores enloquecen los gatos! Desde nuestra perspectiva, no los recomendamos porque pueden maltratar los ojitos del gato y no pueden “cazar” el punto rojo, adicional a que los sobreexcita, en demasía.
SI, recomendamos jugar con mucho con su gato(s), son momentos únicos e íntimos que no se olvidan, recuerda que un gato necesita ejercicio y actividad.